Fernando Alonso ha dado un puñetazo sobre la mesa. El asturiano ha logrado en Corea lo máximo que podía esperar: el liderato del Mundial con 11 puntos de ventaja sobre Mark Webber, y una extraordinaria victoria en un terreno impracticable primero por la lluvia y luego por la falta de luz.
El abandono de ambos pilotos de Red Bull es la otra cara de un Gran Premio que da la vuelta al campeonato a falta de dos citas para el final.
El primer Gran Premio de Corea pasará a la historia por su trascendencia en la clasificación general, pero también lo recordaremos por ser uno de los más caóticos eventos de la historia reciente del deporte: una lluvia persistente ha retrasado el inicio de la carrera más de una hora, la irrisoria capacidad de drenaje del asfalto ha mantenido al coche de seguridad en pista durante nada menos que 17 vueltas y, más tarde, las pobres condiciones de luz sobre el circuito de Yeongam han puesto en peligro la disputa de las últimas vueltas de la carrera.
Lo cierto es que en el podio, completamente nocturno, hemos visto a Fernando Alonso acompañado por Lewis Hamilton y Felipe Massa, segundo y tercer clasificados en esta carrera de eliminación que se ha cebado especialmente en los pilotos de Red Bull, Mark Webber y Sebastian Vettel. Un golpe contra las barreras en el caso del australiano y la rotura del motor Renault del alemán han acabado con los sueños de monopolizar el campeonato que a buen seguro poblaban sus mentes después de lograr un incontestable doblete en la calificación de ayer.
La primera salida del Gran Premio se ha dado diez minutos más tarde de lo previsto, a las 15:10 hora local, con la esperanza de que la lluvia (bastante intensa en ese momento) amaninase y los coches pudieran rodar pronto con normalidad. Para evitar problemas, el coche de seguridad ha neutralizado el pelotón y todo parecía controlado, pero la formación de charcos y la escasísima visibilidad en pista han aconsejado mostrar la bandera roja y parar de nuevo la acción. Nada menos que 40 minutos ha habido que esperar hasta que, a las 16:05 locales, ha vuelto a darse la salida por detrás del Safety Car.
Bernd Maylander se ha ganado hoy su puesto como conductor del coche de seguridad, ya que ha completado nada menos que 17 vueltas bajo el agua y la máxima velocidad que le permitía su Mercedes SLS AMG antes de que Charlie Whiting y el resto de los comisarios diesen por buenas las condiciones de la pista. Entre los pilotos, poco a poco se abría una brecha entre los de Red Bull, que abogaban por retrasar todavía más el momento de la salida lanzada y alargar por tanto su permanencia en las dos primeras posiciones, mientras que Fernando Alonso y sobre todo Lewis Hamilton preferían que la acción comenzase cuanto antes.
La dirección de carrera ha sido conservadora y la recién asfaltada pista de Yeongam ha puesto difícil la reanudación de la carrera, pero la actuación de máquinas limpiadoras y el propio paso de los coches han permitido que la pista se utilizase con normalidad, aunque con neumáticos de agua extrema.
Los Red Bull han aguantado su liderato en los primeros compases de la carrera 'real', pero de pronto Mark Webber se ha subido demasiado a un bordillo y no ha podido controlar el latigazo de su RB6, que ha acabado contra las barreras y, además, ha rebotado hacia la pista, adonde ha 'recogido' al Mercedes de Nico Rosberg. Especialmente doloroso resulta el abandono para un Webber que lideraba el campeonato con holgura hasta ese momento.
Unas vueltas más tarde, un incidente entre Sébastien Buemi y Timo Glock han forzado la enésima aparición del coche de seguridad en pista, y todos los líderes han aprovechado el momento para sustituir sus neumáticos y poner los intermedios. Quedaban 23 vueltas para el final y los últimos vestigios de lluvia se habían disipado, cuando un error del equipo Ferrari en la sustitución de las gomas de Alonso han provocado que Hamilton le superase. La situación parecía complicarse para el asturiano, pero ha conseguido recuperar el segundo puesto nada más reanudarse la carrera, tras una pasada de frenada del fogoso británico de McLaren.
'Fumata blanca'
En ese momento ha empezado la fase más emocionante de la carrera, en la que la distancia entre los cuatro primeros clasificados se ha mantenido en márgenes muy estrechos, tanto que parecía que cualquiera de ellos podía llevarse la victoria. Un simple error de Vettel o Alonso podía catapultar a Hamilton al primer puesto, o simplemente un desgaste prematuro del juego de intermedios en una pista que poco a poco continuaba secándose.
En ese momento ha empezado la fase más emocionante de la carrera, en la que la distancia entre los cuatro primeros clasificados se ha mantenido en márgenes muy estrechos, tanto que parecía que cualquiera de ellos podía llevarse la victoria. Un simple error de Vettel o Alonso podía catapultar a Hamilton al primer puesto, o simplemente un desgaste prematuro del juego de intermedios en una pista que poco a poco continuaba secándose.
El punto álgido de tensión llegaba cuando, a falta de nueve vueltas para el final, el motor Renault del Red Bull de Vettel ha estallado irremediablemente y el alemán ha cedido el liderato a un Fernando Alonso frío y fiable que ha aguantado al comando hasta ver la bandera a cuadros.
Las condiciones lumínicas han sido el único obstáculo en las últimas vueltas (Vettel empezaba a quejarse precisamente un giro antes de su rotura), pero eso no ha impedido que otros pilotos luchasen intensamente por las posiciones. Uno de ellos ha sido Jaime Alguersuari, claramente superior a su compañero de equipo durante todo el fin de semana, que ha pugnado por un punto hasta la última vuelta con Nick Heidfeld y Nico Hulkenberg. El catalán de Toro Rosso ha perdido esta batalla, pero lleva la delantera en una guerra por la permanencia en la categoría y el liderato dentro de su escudería.
Mundial de infarto
Este incidentado Gran Premio de Corea ha terminado con Michael Schumacher en la cuarta posición, apoyado en su experiencia y en las rocambolescas circunstancias de este Gran Premio, más próximo a una yincana que a una carrera de Fórmula 1. Robert Kubica también ha sacado rédito con un meritorio quinto puesto, pero no tanto como Vitantonio Liuzzi que, con su inesperada sexta plaza final salva una temporada un tanto oscura del italiano. Barrichello, Kobayashi, Heidfeld y Hulkenberg han completado la zona de puntos con su capacidad de supervivencia en una pista definitivamente hostil.
Este incidentado Gran Premio de Corea ha terminado con Michael Schumacher en la cuarta posición, apoyado en su experiencia y en las rocambolescas circunstancias de este Gran Premio, más próximo a una yincana que a una carrera de Fórmula 1. Robert Kubica también ha sacado rédito con un meritorio quinto puesto, pero no tanto como Vitantonio Liuzzi que, con su inesperada sexta plaza final salva una temporada un tanto oscura del italiano. Barrichello, Kobayashi, Heidfeld y Hulkenberg han completado la zona de puntos con su capacidad de supervivencia en una pista definitivamente hostil.
La clasificación general nos deja un panorama de infarto para las dos últimas carreras: Alonso lidera la tabla con 11 puntos de ventaja sobre Webber, y el australiano cuenta con otros 10 respecto a Hamilton, que con su tercer puesto de hoy supera por cuatro puntos a Sebastian Vettel. Jenson Button todavía conserva posibilidades matemáticas de victoria, pero con 42 puntos de desventaja ya tiene muy poco que hacer.
Quedan dos carreras para el final del campeonato: los Red Bull mantienen su ventaja velocística, pero Ferrari tiene una fiabilidad privilegiada y, a priori, su F10 se adapta bien al circuito de Interlagos, sede de la próxima cita del Mundial
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