29 noviembre 2010

Como Conducir En Invierno

La conducción en invierno es todo un reto. Conduce de acuerdo con las condiciones meteorológicas y de la carretera, que pueden ser impredecibles.


La conducción invernal exige más del vehículo y de tus habilidades como conductor. Prepárate para las condiciones invernales.


Los neumáticos de invierno mejoran la seguridad y la movilidad ya que aportan una mayor tracción, frenada y control con agua, escarcha, nieve, y especialmente con hielo. Si se montan cuatro neumáticos de invierno la estabilidad y el control son mayores. 


Concéntrate en lo que te rodea. Ajusta tu velocidad a las condiciones existentes y mantén la distancia de seguridad con el vehículo de delante. Evita situaciones en las que haya que frenar bruscamente en una superficie resbaladiza.


Es fundamental anticiparse valorando la distancia de frenado necesaria. Evita los frenazos bruscos y viajar a gran velocidad. No hagas movimientos repentinos y no aceleres a fondo (la aceleración debe ser gradual y progresiva, nunca de forma brusca). Intenta frenar suave y gradualmente para que las ruedas no se bloqueen. Si las ruedas se bloquean, el vehículo derrapará y quedará fuera de control. Si ocurre esto, suelta el pedal del freno para recuperar la tracción y usa el freno de motor alternándolo con el pedal del freno. Para reducir el riesgo de derrapar en las subidas usa una relación de marchas mas alta de la que utilizarías con tiempo seco.


Para no patinar cuando se arranca sobre la nieve es fundamental acelerar poco a poco. Si las ruedas patinan, sube a una velocidad superior para reducir la fuerza que se aplica a las ruedas. Así el vehículo se pondrá en marcha limpiamente.


Antes de entrar en la curva, reduce la velocidad en línea recta. Para no patinar y perder el control cuando se entra en una curva, la dirección debe mantenerse constante con un movimiento fluido. Mantén una velocidad lenta y constante. 


Para recuperar la adherencia si pierdes el control del eje delantero, reduce la velocidad levantando el pie del acelerador. Si es necesario pisa levemente el freno sin bloquear las ruedas.


Si el coche pierde el control del eje trasero (pero sigue teniendo adherencia en el eje delantero), en un vehículo con tracción delantera, acelera suavemente para recuperar el equilibrio. En un vehículo con tracción trasera, levanta suavemente el pie del acelerador hasta que las ruedas traseras recuperen la tracción y adherencia. Después vuelve a acelerar para mantener la velocidad. De ningún modo debes frenar ya que se acentuará el desequilibrio en el eje posterior.

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