02 noviembre 2010

BMW 320d e46

Diesel de 150 CV muy bueno en aceleración, consumo, ruido y vibraciones; con un equilibrio magnífico entre comodidad y estabilidad, respaldado por el control de estabilidad; con un puesto de conducción que se ajusta como un guante a los diferentes gustos; y que puede dar unas sensaciones al volante muy satisfactorias.

El esmero con el que BMW diseña y fabrica los coches es palpable en este 320d. Todo está colocado perfectamente en su sitio, los mandos tienen la dureza y tacto que más agradable hacen la conducción, los asientos sujetan bien el cuerpo y son de dureza perfecta para realizar muchos kilómetros. No hay nada en este coche que no cumpla perfectamente su función con sobriedad.

No tiene de serie elementos como el elevalunas eléctrico para las puertas posteriores, el respaldo abatible del asiento posterior o la alarma. A mi juicio, es una decisión acertada. Considero que es mejor que los fabricantes no incluyan en el precio de serie unos elementos que quizá al propietario no le sirvan de nada. Eso sí, hay coches que cuestan mucho menos, y tiene eso y más cosas que le faltan al 320d en el equipamiento de serie.

La nueva versión del motor Diesel 2 litros de BMW es un portento. Bajo consumo, suavidad, sonoridad mínima y altas prestaciones son sus características básicas. Empuja con mucha fuerza desde 1.700 rpm en cualquiera de las marchas.

Aunque el peso del 320d no es bajo (1.490 kg), la fortaleza del motor permite conducirlo en quinta con toda tranquilidad a partir de unos 90 km/h. Si se necesita acelerar con rapidez, en muchas ocasiones no es necesario recurrir a una marcha más corta. Basta pisar el acelerador y la respuesta es inmediata, vigorosa y además muy silenciosa.

A una velocidad de 140 km/h por carretera de sentido único, el consumo medio fue de 6,5 litros cada 100 km, exactamente el mismo que indicaba el ordenador.

Un motor de las características del 320d encaja perfectamente en un chasis con aptitudes para la conducción deportiva. La relación entre comodidad y estabilidad del 320d es muy buena. El coche no balancea mucho en las curvas, tiene una capacidad de tracción elevada y el control de estabilidad, ayuda al conductor sin intervenir con excesiva antelación. Si se quiere, se puede desconectar tanto el sistema de control de tracción como el de estabilidad, pero no veo ninguna necesidad en condiciones normales.

Los pedales están colocados en una postura adecuada para que el conductor con más ansia deportiva exprima todas las posibilidades de su juego. La caja de cambios se puede accionar con mucha precisión y rapidez. La dirección resulta rápida, transmite bien los que sucede entre el asfalto y la goma, y los frenos aguantan bien el uso intensivo.

Los motores Diesel, más pesados que los de gasolina, en ocasiones provocan que los coches tengan unas reacciones lentas. No es el caso del 320d, que con sus cuatro cilindros frente al seis en línea del BMW 320i, no entorpece la respuesta a las indicaciones del volante.

El conductor suele sentirse cómodo a los pocos segundos de instalarse en su puesto. Asiento y volante se pueden regular a satisfacción; a los pocos minutos de ir sentado en el 320d parecía que fuera sentado en mi coche de toda la vida. Eso no significa, sin embargo, que mis sensaciones sean trasladables a cualquier otro ser humano. Antes de decidirse por éste o por cualquier otro coche conviene pasar un rato sentado en él y cerciorarse de que se está cómodo al volante y con los asientos.

La dureza de los mandos, el tacto del volante y de la dirección, de los elevalunas, intermitentes, del cambio de marchas, todo parece medido para hacer la conducción más agradable. No sé si, por ejemplo, los ingenieros de BMW pasan horas para regular el tacto del mando del intemitente, o la fuerza, sonido y tacto que tiene el mando al pasar de luces de cruce a luces de carretera. No sé si esos detalles requieren mucho esfuerzo o si su tacto y dureza son así por casualidad. Sea por el motivo que sea, la sensación de solidez y suavidad (todo a la vez) no se encuentra con facilidad en otros modelos.

El asiento del 320d no es malo, tiene una buena dureza y sujeta bien. Pero, puestos a elegir, me quedo con el que lleva el Compact, con rebordes más prominentes y que sujetan mejor el cuerpo.




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