25 octubre 2010

Cuando volvemos inútil a la tecnología


Hoy día los coches vienen con un ejército de siglas que casi superan a eso de“Supercalifragilísticoespialidoso”, sistemas automatizados de seguridad que antaño nos obligaban a estar atentos a demasiadas cosas… Nos estamos idiotizando, porque nos acostumbramos a que los coches hagan ciertas cosas solos.
Vale, eso es inevitable, es el progreso, antes había que cultivarse las habichuelas y ahora las compramos envasadas en el hipermercado. Lo que sí podemos evitar es que tanto avance y tanto sistema no se vuelva inútil por nuestra culpa. A diario podemos ver muchos ejemplos.
Esta semana, por ejemplo, voy andando por la Castellana de Madrid y veo un Jaguar XF, una berlina de alta gama y con muchos adelantos en seguridad de todos los colores, y a tres personas trajeadassentadas ENCIMA de los cinturones de seguridad. Es decir, abrochado simbólico para que se calle el chivato de abrochado.
Si no es por desconocimiento temerario, es una actitud realmente suicida hacer eso en un coche que tiene airbags, porque en una colisión en la que sobreviviríamos sin cinturón, el airbag nos dará un golpe que nos dejará literalmente imbéciles, eso si no nos rompe el cuello. Es que se diseñó para usarlo con cinturón.
Otro ejemplo menos evidente. Un turismo que, por sus características, sé que tiene encendido de luces automático por sensor crepuscular. La única respuesta al enigma de por qué en noche cerrada algunos se mueven con los faros apagados solo puede responder a un apagado voluntario del aparato. ¿Por descuido?
También podemos hablar de los neumáticos, que tienen una vida útil pero hay gente que no debe saberlo. Por eso podemos ver coches con matrícula reciente, las ruedas calvas, sin dibujo, y no en coches precisamente baratos. ¡Ay! Es la crisis… si supieran a lo que se están arriesgando, dejaban el coche quieto hasta poder pagar ruedas.
Las gomas de los limpiaparabrisas también caducan, pierden sus propiedades, pero hay gente que ignora eso. Las escobillas barren mal, haciendo ruido o dejando agua, pero mientras “se vea” aún aguantan. Tantos años de evolución para esto… ¿Y qué podemos decir de los todocaminos o todoterrenos?
Es fácil ver por nuestras ciudades a gente que se ha comprado un vehículo de este tipo exclusivamente por la “sensación de seguridad” que dan. Sin ir muy lejos, podemos ver a muchos con los neumáticos mal inflados, sin cinturón de seguridad, hablando por el móvil a la puerta de un colegio (maniobrando)...
... ¿y esa gente quería ir segura? ¡Menuda contradicción!Pero podemos seguir. Sé del caso de un hombre que tenía alertas de los sensores de presión de su coche, alertándole de una rueda mal inflada. Acabó desactivándolo. Seguramente no cayó en que inflando el neumático en cuestión, el chivato también se calla.
Hay modelos en los que se ha pensado especialmente la visibilidad trasera, pensando en la seguridad… pero hay gente que llena la bandeja del maletero de muñequitos, haciendo dicho adelanto inútil. ¿Llevar el coche al taller? Cuando se rompa, antes, todavía aguanta. ¿Qué nos pasa a todos? ¿Por qué esta desidia?
Creo que podemos distinguir los conductores de automóviles en dos grupos bien diferenciados. Por un lado tenemos a los que nos gusta y a los que solo les importa como mero medio de transporte que va de A a B y viceversa. Algo me dice que el segundo colectivo descuida más todas estas cuestiones.

Sin embargo, en general, hay un analfabetismo en lo relativo a la seguridad vial bastante preocupante. En la educación vial debería impartirse con mucho peso la importancia que tiene el mantenimiento y el saber qué tiene nuestro coche y para qué sirve realmente.
El control de estabilidad no sirve ni de adorno si tenemos una lucecita amarilla en el tablero que pone “ESP OFF”. De nada sirve tener ABS si luego no sabemos ni frenar a fondo. Es poco práctico acabar con una lesión medular por no ajustar bien el reposacabezas, o en resumen, gastar dinero en elementos de seguridad que convertimos en inútiles.
Hay que leerse de arriba a abajo el manual de instrucciones del coche, y lo que no se entienda, hay que preguntarlo en un concesionario (si no lo saben, en otro) o al mecánico, o a alguien que realmente sepa de esto (cuestión realmente peliaguda). Pero es realmente temeraria esa dejadez y falta de interés de lo que es realmente un coche.
Cuando más aprende uno sobre seguridad vial, activa, pasiva o como queráis llamarlo, más veces me llevo las manos a la cabeza y más veces me dan ganas de tirarme de los pelos. Pero, afortunadamente, aún no me he quedado calvo.

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