Derivado de un coche de competición ganador de la Panamericana y segundo clasificado en las Mille Miglia, fue el importador de coches a EEUU Mr. Max Hoffman quien consiguió convencer a Mercedes de que tenía que fabricar el 300 SL para uso en carretera. El Mercedes 300 SL fue presentado primero como prototipo en el Salón del Automóvil de Nueva York de 1954, y su éxito fue atronador. Hoffman era optimista y decía que podrían vender incluso más de 1000 unidades de carretera. Y no se equivocó.
Todo el mundo soñaba con tener un Mercedes 300 SL, así que la marca alemana decidió seguir con el desarrollo y lanzarlo en 1954. El Mercedes 300 SL se fabricó entre los años 1954 y 1957 y su impulsor dentro de la casa alemana fue Rudolf Uhlenhaut, que decía: “cogimos el motor de la berlina 300 completamente de serie y construímos partiendo de él un chasis tubular y una carrocería de aluminio“. El resultado es espectacular.
Las siglas SL vienen de la abreviatura de “sportlich” (deportivo) y “leich” (ligero). El motor del Mercedes 300 SL era un seis cilindros de 2.996 C.C de cilindrada, que entregaba 215 caballos de potencia. Llevaba arbol de levas deportivo, y entrgaba 71,5 caballos por litro de cilindrada, todo un logro para la época.
También sorprendía que podía subir hasta 6.600 RPM, todo un record también para el momento. Era el coche del momento, y por algo ha pasado a la historia como uno de los mejores coches de la historia. La mayoría de las 1.400 unidades que se fabricaron y vendieron, se fueron a EEUU de la mano de Mr. Hoffman, un visionario que también importaba Porsche allí.
En el mercado tuvo que competir con coches como el Jaguar E-Type, mucho más barato en su momento que un Mercedes 300 SL. Ambos han conseguido situarse como dos mitos del mundo de las cuatro ruedas, pero hay que admitir que el Mercedes ha conseguido ganarle la batalla.
Por ello encontrar hoy en día una unidad en buen estado en Europa no es tarea fácil, aunque todavía las hay afortunadamente. Para el “encuentro entre abuelo y nieto”, contamos con la colaboración de uno de los mejores coleccionistas de coches clásicos de España y parte de Europa, que cedió un 300 SL para la sesión de fotos en un estado dificilmente descriptible.
Gracias a Héctor Ares
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