En todos los inviernos, se pasa frío. Acabo de descubrir la pólvora, es algo que ya sabemos todos. ¿Pero qué pasa con los neumáticos? ¡Ah, amigo! Eso es otra cosa. Ellos también pasan frío, y cuando pasan frío, degradan mucho sus prestaciones, y no siempre el conductor corrige eso en su forma de llevar el coche.
Ya amenazan las nevadas en los telediarios. Hoy me ha llamado la atención un anuncio radiofónico de la DGT, que, simulando una predicción del tiempo, van pronosticando accidentes de coche por inadecuación al clima. Algunos son previsores y todo, y se compran cadenas, llevan el depósito lleno o tienen el móvil con batería suficiente.
Pero los más previsores de todos son los que se adelantan a la hecatombe y montan neumáticos de invierno en sus turismos, sus 4×4, sus furgonetas, etc. Es algo que de Pirineos hacia arriba es normal, pero en España no, como tenemos tanto sol, es como si el invierno no pasase por aquí.
Cómo seremos de mentalidad, que asumimos que un 4×4 con ruedas normales puede pasar por la nieve sin ningún problema. Constato que un todoterreno de más de 60.000 euros es un trasto casi inútil con ruedas normales en la nieve o el hielo… y no quiero decir nada como estén desgastadas.
En España, cuando cae una gran nevada, el país se paraliza parcialmente allí donde cuaja el manto blanco. En Europa, cuando eso ocurre, no pasa nada. De hecho, en Alemania se sigue yendo por las Autobahn a toda pastilla… con los neumáticos adecuados, de invierno. Si no, podríamos decir “estos germanos están todos locos”.
Hay un desconocimiento bestial sobre neumáticos de invierno. Los pocos que saben de su conocimiento, mayoritariamente creen que son solo para cuando nieva. No señores, para cualquier zona de España donde es más probable estar bajo 7ºC en invierno que por encima, ya compensa su utilización a efectos de seguridad… aunque no caiga un solo copo de nieve.
A bajas temperaturas, incluso el mejor neumático de verano, con el dibujo nuevecito, endurece su goma. Por eso, pierde prestaciones en seco y en mojado. Pero en nieve o hielo es como pisar constantemente cáscaras de plátano sobre un suelo recién fregado, la conducción puede convertirse en imposible.
Un neumático de invierno es “inmune” a la nieve por definición, sin tener que poner cadenas, aunque la Guardia Civil nos obligue a ponerlas, ya que estos neumáticos especiales son sustitutivos de las cadenas. Es más, sé de buena tinta, porque lo he probado, que neumáticos normales + cadenas siempre van peor que los de invierno.
Los fabricantes de ruedas insisten en que con neumáticos de invierno vamos mejor servidos. Además de querer lucrarse (como los vendedores de gasóleo de calefacción, o los de ropa de abrigo), también están preocupados por el tema. Son los primeros que saben que las ruedas de verano van mal en el invierno, nieve o no.
Vale, son neumáticos un 8-10% más caros que unos equivalentes de verano, y tienen una duración global inferior, pero son un seguro de vida con bajas temperaturas. El otro día escuche esto: "a mi Volkswagen Passat con tracción total y ruedas de invierno solo le falta la pala para ser un quitanieves".
Quizás exageró un poco, pero seguro que ese Passat, una berlina, va mejor sobre nieve que un todoterreno con ruedas normales. Es una cuestión de adherencia, limita la efectividad de cualquier coche, ya sea un 4×4, un coche de carreras, o una berlina normal y corriente.
El invierno ya está aquí. Podemos jugárnosla un año más, o probar la diferencia con las ruedas de invierno, el criterio a tener en cuenta es la temperatura media, no que nieve o deje de nevar. A fin de cuentas, son un elemento de seguridad activa importantísimo, pero muy mal apreciado por los conductores patrios.
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